La Caña es históricamente uno de los
primeros cantes inequívocamente Flamencos que aparecen reflejado en las
crónicas. El Polo comparte con la Caña el honor. La Caña fue un género muy popular en los primeros años del S.XIX, y
su melodía pasó por ser el prototipo de canto andaluz. La encontramos por
ejemplo en Rossini. Lejos aún del modelo Flamenco escuchamos en un álbum
llamado (Regalo Lirico) de 1831 encontramos una Caña que se combina con un Bolero, mostrando la ligazón de estos
primeros cantes con la música bolera.
La prensa
sevillana del S.XIX, rescatada por J.L. Ortiz Nuevo, nos muestra como ya 1812
se cantaba la Caña dulce con los ayes
característicos. Sobre la etimología del nombre que recibe este cante existen
varias opiniones: la primera se refiere a la repetición de la palabra Caña en el estribillo del cante
originario, otra considera la Caña
una alteración del término conque antiguamente se designaba en Andalucía al
vaso de vino. Richard Ford y Estébanez Calderón apuntan como antecedentes la
palabra árabe “gaunnia” (cantico). El mismo autor nos indica que del tronco de la caña nacen los olés, Tiranas, Polos
y las “modernas” Serranas.
Estébanez
Calderón y sus “escenas Andaluzas” describe la Caña como un cante que convertía al intérprete en un artista
respetado debido a la soltura y facultades que se precisaban para entonarla,
por ello no era considerada un cante para bailar, sino más bien para lucimiento
del interprete. Las versiones más antiguas grabadas son las de El Tenazas y la
Rubia de Málaga (cante rotulado como Polo).
Hoy se
practica casi exclusivamente la que fijó don Antonio Chacón, la caña y la Solea
suenan al oído muy semejantes entre sí, aunque se distinguen con absoluta
facilidad. Además la caña se inicia
con un largo y valiente quejío-¡ay!- seguido de un primer paseíllo de ayes, a
diferencia del Polo que arranca directamente con la copla correspondiente.
Según Manuel
Vargas fue el bailaor Antonio de Juana Porrote quien bailaba la Caña en el primer tercio del S.XX,
acompañándose con el entrechocar de unas tablillas de Caña. Sin embargo el
modelo bailable lo divulgó Perico el del Lunar.
EL COMPÁS. La
Caña, al igual que el Polo, se realiza sobre el compás de la Solea.
LA TONALIDAD. En el plano armónico la Caña y el Polo son dos estilos diferenciados,
así es característico de la Caña la
realización de todo el cante sobre el modo Flamenco, apoyando los cuatro
primeros grados en sus respectivas dominantes. Este hecho da lugar a la
creencia de que la copla de la Caña se
entona sobre una tonalidad menor y ciertamente es uno de los géneros , con ostinato modal, en el que de manera más
clara el cuarto grado de la escala andaluza (La menor) se podría confirmar como
tónica de una tonalidad menor; no obstante la función cadencial de reposo del
primer grado (acode de Mi mayor) lo encontramos tanto en la caña, o en la Soleá,
como en todos los estilos flamencos que se realizan sobre el modo Flamenco.
LAS LETRAS. Tanto el Polo como la Caña se cantan básicamente sobre
estrofas de Soleá grande, así la estrofa para la Caña es una cuarteta octosílaba, en la cual el cantaor repite
versos, o parte de ellos, adaptándolos a los tercios propios de este cante. el
macho o copla de cambio suele ser una terceta.
LOS PRINCIPALES INTÉRPRETES:
Pepe el de
la Matrona, Porrina de Badajoz y Naranjito de Triana, entre otros. La de Chacón
tiene en Rafael Romero, Fosforito, y Enrique Morente a sus más destacados
cultivadores.