Principal estilo del folclore bailable de Sevilla
descendiente directo de la seguidilla que se practicó en la capital andaluza
desde el S.XVIII, inscrita dentro de los bailes de la escuela española de
palillos, la escuela bolera. En el poema del Conde de Noroña titulado “La
Quíncaida”, de 1779, aparecen las
Sevillanas como un estilo independiente de Seguidillas.
Unas seguidillas de principios del S.XIX,
interpretadas por el grupo Aíxívíl Seguidillas de tema político, como algunas
Cantíñas, en este caso dedicadas a Pepe Botella.
La Seguidilla junto a la Jota y el Fandango, configuran
los principales géneros sobre los que se crearon buena parte de las bases
rítmicas y armónicas del Flamenco. Es estilo eminentemente bailable y aparece
documentado en todos los bailes celebrados en Sevilla y otras muchas capitales
españolas desde el S.XIX hasta hoy. En 1847 se anuncia en el diario “El
Comercio” de Cádiz que se bailarán “Sevillanas
Jadeadas” que probablemente configurarán modelos como el de las Corraleras.
El modelo Flamenco surgirá entonces con la práctica
que del estilo hacen los artistas en teatros y cafés. Hacia 1990 las Sevillanas cobran nueva
popularidad, resurgiendo la práctica del baile y adaptando la música a las
nuevas corrientes. En lo musical se aprecia el proceso de aflamencamiento que
vivieron las Seguidillas manchegas hasta definirse como Seguidillas sevillanas en su contacto con el género
Flamenco como la Soleá, los Fandangos, etc. El baile de pareja y la coreografía
popular se corresponde con pasos propios de la escuela bolera y la antigua
escuela española de palillos. La melodía suele ser silábica, prescindiendo en
general del canto melis mático, y las cuatro Seguidillas (generalmente con
idéntica música.
Existen numerosos tipos de Sevillanas diferenciándose la mayoría por la melodía sobre la que
se cantan y el modo de acompañarlas, mientras mantienen todas la estructura de
cuatro letras de Seguidillas separadas entre sí por la posición del baile
Bolero bien parao. Entre las variantes más cultivadas destacan las Boleras
(tradición de la escuela bolera), de las Cruces de Mayo, Corraleras (patios
vecinales), Bíblicas (modalidad de Sevillanas oriunda de Alosno (Huelva) con
letras referentes al Antiguo Testamento, lo que nos induce a pensar en un
origen judío de la misma), de feria, rocieras (dedicadas a la Blanca Paloma,
con gaita-flauta- y tamboril. Se suelen considerar Sevillana clásica en el repertorio Flamenco las grabadas por la
Niña de los Peines a principios del S.XX.
EL COMPÁS. Se realizan en compás ternario (3/4)
como es propio de todas las Seguidillas.
LA TONALIDAD. Puede adoptar las tres tonalidades
que se usan en el Flamenco, el mayor, menor y el Flamenco, este último más
recientemente y para las versiones flamencas
LAS LETRAS. Adopta numerosos tipos de letras
aunque como tal Seguidilla que es, la letra de Sevillana consta de cuatro versos (heptasílabos primero y tercero y
pentasílabos segundo y cuarto) al que se le añade un estribillo de tres versos
(bordón), resultando una letra de siete versos.
LOS PRINCIPALES
INTÉRPRETES
La Niña los Peines, Bernardo el de los Lobitos, Manuel
Vallejo, La Paquera, María Vargas, Manuel Gerena, Marismeños, Romeros de la
Puebla, Losa Rocieros, los Bayuncos, Amigos de Gines, Brisas de Huelva, los de
la Trocha, los del Rio, los Alegría, los Choqueros, los Doñana, El Pali, Sal
Marina, los Marismeños etc.