Nombre que
recibe una modalidad de cante, toque y baile de carácter desenfadado y burlón que
hoy prácticamente se ha disuelto en las Bulerías. En 1901 una estampa del
Flamenco publicada en el suplemento “Alrededor del Mundo” se refiere a Antonio
de la Rosa, El Pichiri, como bailaor de Chuflas,
es decir, de bailes análogos a los de los negros Tangos.
Se refiere
probablemente a los pasos picantones que se realizan en el baile por Tangos y
que también se puede apreciar en las Bulerías. Comparten con las actuales
Bulerías ya que son con toda probabilidad un paso anterior a las Bulerías hasta
que éstas cristalizaron definitivamente en el repertorio de cantaores
gaditanos, Jerezanos y Sevillanos en los primeros años del S.XX.
Si las
Bulerías se desprendieron del baile por Alegrías y Soleá, pasando a ser un
estilo cantable independiente, allá por 1909, las Chuflas pudieron ser una modalidad gaditana y castiza de las
Bulerías.
El Pena
padre las dejó grabadas hacia 1906, cuyo estilo confirma el parentesco con las
Bulerías. También las grabó el jerezano Garrido aunque en este caso en el modo
mayor propio de las cantiñas y las Bulerías de Cádiz.
EL COMPÁS. El Compás es idéntico al de las
Bulerías aunque haciendo más hincapié en el aire ternario que en la amalgama de
binario y ternario presente en las Bulerías, por clara influencia de Soleares y
Cantiñas.
LA TONALIDAD. La tonalidad al igual que las
Bulerías puede ser tonal (mayor o menor) o sobre el modo Flamenco.
LAS LETRAS. Al igual que las Bulerías, las
Chuflas admiten todo tipo de letras, siendo preferentes la cuarteta octosílaba
o tirana, o bien la tercerilla de cinco silabas o Alegrías
LOS PRINCIPALES INTÉRPRETES:
Los mencionados anteriormente y Mariana
Cornejo una de las intérpretes más acreditadas de estos cantes de sabor añejo,
Sebastián el Pena, Garrido, Manolo Vargas, Chano Lobato.